México tristemente se ha convertido en un país de impunidad y en la que las leyes no son tal, sino simples y meras sugerencias de comportamiento. Si bien México ha aportado mucho valor al mundo, como lo podría ser en materia jurídica el juicio de amparo, también ha tomado un fuerte daño en su prestigio al demostrar que aquí las leyes se interpretan a juicio, discreción y conveniencia de los pocos que ostentan el poder – más no la autoridad.
16 de septiembre de 2011, 7 AM. Ayer vi el grito y me fui a dormir. Hoy la expectativa podría ser ir a desayunar algo mexicano al centro de Querétaro – unas enchiladas queretanas, unas tostadas, un «guajolote» más un atolito, pero tengo desayuno de negocios en unas 3 horas.
Hace algún tiempo un colega mío mencionaba que en México ya se vive el terror, el terror que generan en forma «profesional» grupos terroristas y no delictivos como los hace llamar el gobierno. El comentario causó escozor y disparó una ola de respuestas de odio que increpaban a mi colega.
Por extraño que parezca así es. Y es que la mente humana tiene una tendencia hacia la contradicción inmensa. Es una tendencia natural en la que si yo le pido a mi lector que NO piense en el color negro, lo primero que hará es pensar en él.
Mayo 21, 1994 el regiomontano Humberto Leal García secuestra, viola y asesina a Adria Saucedo de 16 años. El jurado tardó escasos 45 minutos en la deliberación para dar su veredicto en torno a los hechos. Leal supuestamente durante su arrestro confesó los hechos, sin embargo, al parecer hubo algunas anomalías en el proceso que lograron extender hasta apenas ayer, 7 de julio la ejecución del criminal.