La idea de Sea Bottles es que cada usuario puede mandar «un mensaje en una botella» y arrojarla a uno de los mares disponibles (cada mar es un tema diferente). Para mandar el mensaje se hace desde un registro de usuario, sin embargo, más allá del país de origen del mensaje, la identidad del remitente es totalmente anónima. El mensaje sale abierto y no se sabe si llegará o no a un destinatario o a cuántos, o si habrá respuesta al mismo.

Por azares del destino, y con un poco de ayuda de una una de mis colaboradoras que descubrió el sitio, llegué a Sea Bottles, la que afirma ser la primera red social anónima. Y el concepto en sí, se refiere en efecto a un ejercicio anónimo, sin embargo bajo mi punto de vista podría romper el esquema que ha caracterizado a las actuales redes sociales y su factor de éxito.
Sí, el punto de las redes sociales es que engloban a gente con los mismos intereses o con algo en común. También, las redes sociales son de gente y el hecho que se puedan conectar en línea sólo significa que usan una herramienta diferente para comunicarse y compartir.
Pero en Sea Bottles se rompen mucho estos conceptos:
Primero, es una red social con tecnología disruptiva. Es decir, no se hace un fuerte uso de los perfiles de usuario. Se establecen sólo parámetros de ubicación y un esquema de clasificación básico en el que un usuario podrá recibir alguno o varios mensajes de uno o más anónimos y contestar a ellos. Va en contra de lo que normalmente se buscaría en una red social – al menos desde el punto de vista de semántica y comportamiento de usuario.
Segundo, no parte de sinergias existentes – como son amigos en común en otras redes, contactos en correos electrónicos y coincidencias en vida escolar y laboral, o intereses particulares. Es decir, no se parte de una base física o en la «vida real» para generar conexiones o nodos.
Tercero, las conexiones son efímeras, los nodos inexistentes. Esto significa que no hay una carrera de egos por número de seguidores, amigos o fans (que en la naturaleza humana ha determinado el éxito de sitios como Facebook y Twitter, y que han disparado sus valuaciones) y por lo tanto no hay un incentivo por uso o recurrencia, o incluso viralización de mensaje o exponenciación de crecimiento de base de usuarios.
Así que veamos pues, cómo empieza a moverse el tema y si a futuro tendrá algún éxito Sea Bottles. Por lo pronto yo ya mandé mi primera botella y deseo el mayor de los éxitos a sus creadores.
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