México tristemente se ha convertido en un país de impunidad y en la que las leyes no son tal, sino simples y meras sugerencias de comportamiento. Si bien México ha aportado mucho valor al mundo, como lo podría ser en materia jurídica el juicio de amparo, también ha tomado un fuerte daño en su prestigio al demostrar que aquí las leyes se interpretan a juicio, discreción y conveniencia de los pocos que ostentan el poder – más no la autoridad.
Que agridulce es felicitar cuando el felicitado está vivo, pero no sabemos aún si saldrá de su coma profundo de casi un año. Mexicana de Aviación está grave, demasiado. Llevaba años envenenándose hasta que no pudo más y sucumbió, entró en un letargo que en más de una ocasión por mentiras y especulaciones parecía podría dejar atrás y retomar la mínima fuerza para volver a vivir, aunque su rehabilitación hubiera sido lenta e incierta.
Debido a una investigación sobre el fideicomiso de NAFIN del que son parte los 9 aviones que están como garantía en los créditos de BANCOMEXT, el Juez 11 de lo Civil en el proceso de concurso mercantil de Mexicana de Aviación ordenó que no se dispusiera de dichos aviones.
La semana pasada por mandato tuve la oportunidad de acercarme a la gente de Mexicana, Javier Christelib y Gerardo Badín, administrador y conciliador respectivamente. Mi cliente tenía la intención de aprender lo suficiente sobre la situación del Nuevo Grupo Aeronáutico, empresa tenedora y de todas sus filiales para poder definir el hacer por su lado una inversión en las empresas del grupo y levantar parte del capital requerido a través de terceros, en México y en el extranjero.
La entrada reciente de Javier Christlieb mueve las aguas en un sentido favorable. A palabras de Santiago Ontañón, Vicepresidente de Lealtad de Mexicana, el optimismo regresa a las filas de la emproblemada aerolínea: “Conozco a JC desde hace 6 años. No conozco a alguien que quiera más a Méxicana que a él”.